RED.

Un día se dieron cuenta de la sonoridad de la caverna
Alzaron sus voces escuchando sus propios pensamientos
Juntaron las palabras que su alma decía a través de los sueños
Comenzaron un camino de tierra y letras que se enraizaban a cada paso
El sendero les llevo fuera y sintieron la luz que ya notaban dentro
Andaban despacio con pisadas torpes aprendiendo a caminar
Así llegaron a un precipicio y decidieron saltar, no sin miedo
Creyendo que iban a caer a romperse en mil pedazos
Pero se encontraron con una red que les impulsó hacia arriba
Ya no caminaban, volaban  por un mar de nubes
Que les acogieron una a una hasta llegar a trescientas 
Esos cúmulos suaves les sonreían y abrazaban
Les enseñaron un lenguaje de emociones, el que ellos querían usar
Hablaban sin sonido conectados por hebras libres que calaban en la mente
Sus corazones cantaban de alegría no estaban solos en su aventura
Tenían mil historias que contar y había quien las entendería.
Allí encontraron otro sentido a la vida y las alas para seguir adelante.

¡¡300 millones de GRACIAS!!

No hace mucho tiempo nos parecía impensable llegar a esta cifra, creíamos imposible que alguien comprendiera lo que escribíamos/sentíamos pero descubrimos que hay muchas personas que hablan de lo mismo, tratando de explicar algo tan difícil como lo son las emociones.

Gracias por cada palabra de aliento, por cada crítica constructiva, por cada día que nos dais vuestro tiempo. Gracias por estar y hacernos crecer.

Las letras nos juntan, las palabras del alma nos unen.

¡¡Un abrazo a cada uno de vosotros, seguimos conectados!!

Katy e Iván.