Una Vieja Guerra

Hace mucho, muchísimo tiempo atrás, en esta Tierra se libró una Gran Guerra. 

Y cuando decimos Tierra nos referimos a todo lo que es Tierra, en este planeta y en todos los cuerpos celestes que se pueden pisar, tocar o golpear.

En aquella batalla se enfrentaron dos opuestos, el bien y el mal.
La luz y la oscuridad, el miedo y la esperanza, el amor y el odio, el egoísmo y la empatía. 

Fue, como decimos, hace mucho, muchísimo tiempo, y el resultado para nuestra tranquilidad es que ganó el bien.  El bien ya ha vencido, hace eones, pero los ecos de aquella batalla llegan hasta nuestros días como una onda surgida del mayor choque jamás conocido. Lo que nosotros vemos ahora son las consecuencias de aquella gran lucha.

No podemos hacer nada para cambiar el resultado de esa guerra, las víctimas ya han caído hace tiempo, pero es ahora cuando las vemos. Lo único que podemos hacer es decidir en qué bando queremos estar, en el de sentir en comunidad o el de pensar como individuo; en el de ser humanidad o el de ser humanos. Sin olvidar, claro está, que ser felices con uno mismo es la mejor forma de hacer felices a los demás.

Estamos en guerra, pero el resultado de esa guerra sucedió hace muchos años y por suerte para unos, y desgracia para otros, el bien ya ha ganado. 

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