He luchado en una guerra que no era la mía, he actuado bajo los mandatos de una voz que no era la de mi corazón, bajo una voz que no era la voz de la tierra por la que peleábamos, de la tierra sobre la que peleábamos, he sido empujado al ataque, contra mi hermano, por una mano que no era la del Padre.
Durante tres años he recorrido una patria que ya había dejado de ser la mía, me he encontrado con seres humanos que habían dejado de ser personas, he experimentado todas las sensaciones posibles y he visto reflejado en el rostro del pueblo que ya no era mi pueblo, el miedo, la impotencia, la rabia, la locura, el hambre, la ambición, el dolor, la desesperación… ante unos hechos que a todos nos venían grandes y nadie comprendía cómo habían surgido ni cuándo iban a terminar.
Durante tres años me he enfrentado y he matado a unos enemigos que no eran los míos, sino muchas veces todo lo contrario. He vagado por una tierra desconocida para mí, como un zombi, desprendido de toda conciencia y razón.
Entablé conversaciones con hombres que no eran ya mis amigos, me tumbaba en un catre y me emborrachaba con un vino que no me traían el sueño.
En apenas tres años perdimos todo lo que poseíamos, todo lo perdimos por defender unas ideas y unos símbolos que ni sabíamos eran nuestros. Durante tres años miramos un sol y observamos una luna que hacía tiempo había dejado de iluminar la patria que conocimos.
Ahora miro hacia atrás y no sé distinguir entre ficción y realidad, no me reconozco en aquellos malditos años.
Quiero pensar que todo fue una pesadilla, que nada de eso ocurrió, pero cuando cae la noche y escucho el llanto del pueblo que tuvo mi misma pesadilla, cuando me asomo a la ventana de mi cuarto y siento el grito y el dolor de una tierra resentida, en definitiva cuando miro mi lecho y veo el vacío que hay en él, y siento ese mismo vacío en mi corazón, cuando me doy cuenta que mi más preciado tesoro, aquel que yo más quería, al volver a esa tierra que me hizo perderla, se llevó mi vida, entonces entiendo que todo pasó de verdad.
Que vagué por una patria que no era mi patria, que caminé junto a personas que ya no lo eran, que luché en una guerra que no era la mía.
Ahora todo terminó ya y me doy cuenta que estoy muerto… que ahora la lucha será conmigo mismo para seguir respirando, para reconstruir pedazo a pedazo los trozos de mi alma, para volver a mirar a los ojos a mis vecinos, para volver a amar a la tierra que destruimos, para encontrar el perdón y honrar la memoria de su vida, que era la mía, siguiendo hacia adelante.
Inquietante esa reflexión sobre la identidad y el sentido de las luchas que emprendemos. Me ha gustado mucho. Hablando de otra cosa, yo creía que ya os seguía, y resulta que no. Bueno, solucionado. Nos leemos 😀
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Buen analisis😉.Gracias Lothrandir por aportar, comentar, estar… un abrazo, seguimos conectados!!!!
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