Sucedió en Paraguay, cuando al sentarnos a la mesa leímos la carta y pedimos una sopa. El camarero nos miró extrañado y nos trajo un bizcocho. Nuestra compañera en el viaje nos explicó el error.
– En Paraguay la sopa no es sopa.
Aquello me hizo explotar la cabeza.
Se supone que los problemas de comunicación son mayores cuanto más difiere el lenguaje de otra cultura al tuyo. En teoría, estando en hispanoamérica ese problema no existe, pues la lengua es común. Pero en la práctica ese problema de comunicación es aún mayor
– Me llevo el coche para coger a tu hija.
Pues esto que parece tan inocente y caballeroso no lo es según la ciudad donde lo digas.
Todo esto me llevó a reflexionar sobre los problemas de entendimiento, ya que uno sabe que será difícil comunicarse (de forma verbal) con alguien que no habla tu mismo idioma, por ejemplo un japonés y un alemán, pero no esperas que alguien que tiene tu misma lengua no te entienda. Y ahí vienen los problemas por presuponer y dar por sentado sin pararte siquiera a pensar si tú y tu interlocutor estáis hablando de lo mismo. Sin darte cuenta que una misma palabra pueda tener diferentes significados.
Es muy fácil ver este conflicto cuando pides un plato de comida y te sirven otro por una cuestión de cultura, se ve físicamente y sin ninguna duda «Esto no es de lo que yo hablaba». Pero, ¿qué sucede cuando usamos palabras que no se refieren a términos físicos? Cuando hablamos de justicia, de amor, de libertad o religión. ¿Cómo podemos debatir si existe Dios si cada uno atribuye un significado distinto a ese término? Así es como surgen los conflictos, cuando dos personas utilizan la misma etiqueta para hablar de conceptos distintos y en lugar de buscar entenderse sólo les importa imponer su razón al otro. ¡Qué absurdo problema de comunicación…!
Y ahí estábamos nosotros, queriendo comer una sopa reconfortante, mirando con cara de pan un bizcocho, que amablemente el camarero nos había traído mientras se preguntaba para sí qué clase de costumbres alimentarias teníamos en la madre patria.