Ríos llenos de rabia
socavando la tierra,
erosionando las raíces
del suelo que se agrieta
bajo nuestros pies.
El vapor de agua densa
sube al cielo, cuyas nubes
la mastican y transforman
en lluvia ácida que quema.
Se cubre el sol con grueso manto
la luna se entristece, apagando su luz.
La vida se consume
en combustión espontánea
haciendo desaparecer las sonrisas
de las flores en los campos.
Crecen pedestales de frío mármol
alzándose indolentes
en los lugares donde antes
se acostaban las estrellas.
Ríos de rabia
repletos de dolor
surcan libres ahora
porque las presas
que les cortaban el paso
se cansaron de aguantar.
Poema incluido en Antología «Viento a favor» de editorial BajAmar 2019