GALONES

El tiempo había pasado, aunque ella solo tenía el recuerdo de una noche muy larga, había evitado por todos los medios pensar, sentir… todo estaba envuelto en neblina,su memoria se había parado justo un momento antes de que su mundo girara.

Él había esperado pacientemente pero hoy su decisión no admitía titubeos. Con cuidado se había colado en el cuarto subiendo la persiana lo justo para que ella viera sus ojos, se acercó dulcemente a su oído y la susurró:

• Es el día, acompáñame por favor.

Ella comprendió que no cabía un no por respuesta, la mirada de él la envolvía de tal manera que consiguió que sus huesos se movieran y caminaran dejándose llevar. Paso a paso y apoyada en sus brazos recobró el equilibrio tras la batalla perdida que marcaba un antes y un después. Había llegado la hora de hacer recuento y comprobar la devastación por ella misma, abrir los ojos ante la realidad, el degradado de rango.

No sabía lo que la esperaba, ni sabía si estaba segura de querer descubrirlo,ni siquiera sentía que estuviera preparada. Aún así, atravesó la puerta,la mano de él dio al interruptor y se hizo la luz.

Frente a ella, había una mujer que la miraba imponente en su desnudez, a pesar de la cicatriz que orgullosa le atravesaba el costado izquierdo.

• ¿Por qué está tan digna si la han quitado un galón?
• Porque ha ganado la guerra, está viva y es hermosa, ahora ves lo que yo veo cuando te miro.

Ella notó como la piel se ponía en pie, como su espalda se erguía y sus piernas se sujetaban al suelo. Volvió a mirar a esa mujer recorriendo todo su cuerpo. La emoción inundó sus ojos y sonrió a esa imagen en el espejo y le dio las gracias por no haberse rendido, por haber aguantado,por no haberla dejado hundirse, por salvaguardar su corazón, su esencia, por haber ganado una insignia que la alentaría para siempre.

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