Cual sacerdotes mudos,
vagamos por los pasillos
del otrora venerado templo.
Ahora, escombros polvorientos,
dónde la risa de los niños
resuena lejos
apagada, por los gritos ahogados
de las almas viejas.
Silencio.
El silencio lo envuelve todo,
como esa niebla de los días fríos,
condensada y espesa,
tapando la luz.
Las bocas, cosidas deprisa
no detienen la lengua
que nerviosa se retuerce,
rasgando en cada movimiento
ahí donde se clavó la aguja
y traspasó el hilo.
Silencio.
Los pasos y las puertas,
se mueven como fantasmas livianos.
A veces un cuchicheo de a dos,
atraviesa las paredes
simulando que hay vida.
Pero el templo, está cada vez más vacío
de las sensaciones que antaño,
le dieron el nombre.
Y ahí siguen los monjes,
callados, esquivos,
hasta que al final sean polvo
volando fuera del templo.
Silencio.
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👏👏👏
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🙂
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Gracias!!! 🙂
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•~… “El silencio lo envuelve todo,
como esa niebla de los días fríos,
condensada y espesa,
tapando la luz.
Las bocas, cosidas deprisa
no detienen la lengua
que nerviosa se retuerce,
rasgando en cada movimiento
ahí donde se clavó la aguja
y traspasó el hilo.”~•
•…llevaste estos versos a otro nivel, no solo tienen reflexión, también está todo lo implícito, me gusta lo bien hilados que están en su expresión. Me ha encantado.•~
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Muy intenso! me gusta.
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Muchísimas gracias Aileen por tus bonitas palabras, sin habla me quedé 😉 Gracias por entenderlo, por compartir, por expresarte…la conexión a través de la palabra nos enriquece.
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Me dejó mudo. (Por bueno). ¡Nos leemos!
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Jajajjaja Gracias!! A veces el silencio es bueno 😉
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