El miedo y la ansiedad no son cosas que debamos superar, no es algo que debamos negar, son herramientas que debemos controlar.
Todos sentimos miedo, todos los días hay algo que nos produce ansiedad, esto nos frena. Aprender a reconocer ese sentimiento, y qué es lo que nos lo produce, es el camino para dominarlo y a llegar a disfrutar de la acción que queríamos realizar antes de la duda creada por el temor, la parálisis. Si yo cojo un cuchillo y no lo sé manejar, quizá me corte y no quiera volver a usarlo. Si aprendo a manejarlo, podré comer.
Cuando un paracaidista salta de una montaña, siente miedo. Pero es un miedo controlado. Es una herramienta, una energía que sabe utilizar y que convierte en adrenalina/»felicidad». El paracaidista coge el miedo, lo domina y es capaz de fluir con el universo y sus leyes – gravedad-. Cuando el paracaidista fluye controlando esas energías, consigue sentir lo que está buscando.
Si el paracaidista negase el miedo, si lo ignorase, es muy probable que termine estampado contra una roca. De hecho, muchos accidentes que se producen en estos deportes suelen ser por exceso de temeridad. El paracaidista, por el contrario, podría ceder ante el miedo y no saltar, es lo más prudente, pero se quedaría sin la experiencia. Sin embargo controla sus impulsos, domina su miedo y ansiedad y recibe como recompensa una descarga de adrenalina.
El miedo y la ansiedad no es algo que debemos rechazar, sólo son sentimientos que estamos destinados a aprender a manejar.
Tal cual , son herramientas que debemos controlar y nos sirven para saber lo que hacer y lo que desechar.
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Puede que sea nuestra brújula más importante, el miedo, por eso nos la orientan tanto desde fuera…
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